Apetitos afilados. Dientes entonados. Oídos hambrientos.

miércoles, octubre 28, 2009

Ey, tú, dinosaurio

Leo en Cuchara Sonica (si supiera enlazar pondría aquí el link) que Bono está decepcionado con las ventas del último álbum de U2, No line on the horizon.

Es el primer disco de la banda que no he escuchado. El primero que sí escuché fue Pop, en 1997, considerado el peor que han hecho. Por ese disco me hice fan de ellos. War (1983), The Unforgettable Fire (1984), The Joshua Tree (1987), Rattle & Hum (1988), Achtung Baby (1991) y Zooropa (1993) los convirtieron en mi grupo favorito durante lo que en aquella época me pareció bastante tiempo. Me dejo fuera Boy (1980) y October (1981), que los escuché algo después, así como a All that you can leave behind (2000) y How to dismantle an atomic bomb (2004), que pese a tener grandes canciones (Grace, In a little while, Sometimes you can't make it on your own y City of blinding lights serían fácilmente clásicos si se hubieran incluido en álbumes anteriores) llegaron después de tiempo.

Quizá exceptuando los Beatles, son el grupo del que más discos me parecen obras maestras. Cada uno tiene un estilo diferente, pero siempre con el sello del grupo, esto es, de Bono (hasta que se le cascó la voz y se le puso rasposa, era una de las mejores del rock, de las más expresivas, y adoro su falsete), The Edge (el mejor guitarrista de rock que ha habido, el más original, el de mejor sonido y punto), Adam Clayton (hace no mucho me di cuenta de que mi forma de tocar el bajo y mi sonido están muy influidos por él) y Larry Mullen Jr. (por él descubrí el doble charles). Desde el post-punk de sus primeros discos, pasando por el ambient y el descubrimiento de sus raíces musicales con Brian Eno y Daniel Lanois, al jugueteo con lo lúdico y lo electrónico de su trilogía noventera, su punto de máxima creatividad, fueron una presencia constante en mis orejas hasta llegar a su clasicismo post-milenio.

Quédense con sus mejores discos: The Unforgettable Fire, Rattle & Hum (que además es un estupendo documental), Achtung Baby y Zooropa, y con algunas de sus caras B de los 80 y principios de los 90.

Las carreras de los grupos de antes parecen más extensas: ¿alguien se imagina alguna banda actual con tantos grandes discos durante dos décadas? Los únicos que parecen poder hacerlo son Radiohead y, como solista, Björk (y ambos son productos noventeros... de los primeros 90).

Pero a Bono le preocupan las ventas del último álbum. Parece que algo ha cambiado. Ya decía Lars Ulrich, batería de Metallica, que la piratería estaba lastrando el número de discos vendidos de la última producción de los americanos. El irlandés, sin embargo, le achaca la culpa a la falta de canciones pop.

En la música, hay algo que no cambia.

lunes, octubre 26, 2009

Los Beatles, grupo de culto

A pesar de lo mucho que se habla de ellos, siempre me gusta leer algo sobre los Beatles. No soy un beatlemaníaco si con esa palabra se define al que sabe la vida y milagros de los fab four al dedillo, pero como cualquier persona con dos dedos de frente, me parecen lo mejor que ha dado el pop en sus más de cuarenta años de existencia.

Es evidente que el aura mítica del grupo ha crecido hasta convertirse en algo imposible de manejar. Cualquiera que hable de ellos sabe lo difícil de conciliar todas sus facetas: la de superventas masivo, la de líderes de opinión, la de iconos pop... e incluso la estrictamente musical. Y ahí es donde parece que las cosas no están tan claras, o por lo menos no muchos parecen querer adentrarse en ese terreno pantanoso. ¿Tienen los Beatles realmente la fama que se merecen?

Hace un tiempo cité en el blog un reportaje de la Rockdelux que decía que la influencia de los Beatles era mínima o incluso inexistente hoy en día (será que Daniel Johnston o Wilco no existen, y tampoco otros como Akron/Family). Parecía que con ello quería también minimizar la calidad del grupo, bajarlo de los cielos. También es verdad que, en cierto sentido, han sido productos de su tiempo pero en ningún caso un paradigma, e incluso resulta difícil ligarlos a un movimiento concreto, de lo grandes que son.

Ese es el misterio de los Beatles: recibieron constantemente influencias de todos los lados, desde los grupos de guitarras anteriores que ellos hasta los hippies que llegaron de la India y los que se pusieron a experimentar. Parece que nunca llegaron los primeros. Pero todas aquellas influencias lograron un sello tan personal que parecen un fenómeno aparte del pop. Reconoces una canción suya enseguida.

Y su historia también es diferente de la del resto. ¿Alguien se imagina un grupo que deje de dar conciertos para dedicarse únicamente al estudio? Parece algo propio de tipos experimentales, de gente que huye de la vida pública. Esa es precisamente la doble cara de los de Liverpool: su fama exagerada gracias a un gran número de singles perfectos, cantables desde el primer momento, y su condición de creadores de discos que van más allá de una colección de canciones, sino como algo redondo, un concepto.

¿Ven? No se me ocurre cómo seguir con el hilo para darle coherencia. Sólo sé que una vez le preguntaron a Frank Sinatra, que echaba pestes del grupo, cuál era su canción de amor favorita: él respondió que Something.

Así son los Beatles.

lunes, octubre 19, 2009

Tan ciego que no puedo ver


Uno de los pocos grupos españoles que ha conseguido una impronta propia inconfundible en el pop ha sido Chucho. Fernando Alfaro es quizá el tipo que mejor me cae del mundo de la música, y Chucho su mejor carta de presentación, seguramente porque es, de todas sus encarnaciones, la que mejor coincide con mi trayectoria vital, con mi iniciación, o continuación, a la música.

Siempre es buen momento para rescatar a Chucho, sobre todo cuando no había aparecido por el blog todavía. Pero en Jenesaispop ponen a Los diarios del petróleo como uno de los mejores discos de la década, con toda la razón.

Es un disco que tiene el formato emocional de la confesión, es un diario vital. Alguien que utiliza la excusa de un pop luminoso de soleada y fría mañana primaveral para sacar sus demonios a la luz. Uno de los discos más personales que se han hecho en castellano y uno de los que me hacen más feliz.

Es posible, como muchos dicen, que Tejido de felicidad, que nació en 1999, sea mejor. A mí me parece una obra maestra sin duda, pero Los diarios del petróleo tienen esa vocación de compartir intimidad, de obra duradera con intención de permanecer, que lo hace especial. Se puede ser trascendente sin ser pedante, sin llevar por la vida una imagen de torturado profundo.

Quién diría que el pop sirve precisamente para eso.

sábado, octubre 10, 2009

La ironía no está reñida con la sencillez


A veces conocer a un músico te lleva a percibir su obra de forma diferente. No a "entenderla", sino a percibirla.


Últimamente he tenido mi n-ésima crisis pop. Y me pongo a escuchar clásica, jazz, música étnica... Siempre acabo volviendo al pop, aunque a veces temía que el giro fuera irreversible.


Mi n-ésima crisis pop se ha solventado de otra forma. En lugar de volverme serio e interesante me ha dado por escuchar grupos de la calaña de Superputa, Blas y las Astrales, McManamara, Putilatex o Tarántula. También, aunque ya lo había hecho antes, a uno de los integrantes de esta última banda, Joe Crepúsculo.


Pero tras una entrevista que leí en una Rockdelux de hace unos meses que saqué de la estantería, y tras visitar su página web, ya no sé cómo tomármelo. En un principio creía que su música era para tomársela a broma, un ejercicio de sarcasmo divertido. Pero él parece una persona sencilla que cree en lo que hace. No lo hace para meterse con nadie, para impactar o para que los demás lo aprueben, lo que hace lo hace porque así le sale, ni más ni menos.


Y ahora, en sus canciones, descubro sinceridad. No hace falta salir al escenario con barba, camisa de cuadros y una guitarra acústica en las manos para ser auténtico.