Back in the USA

En la música pop hay dos potencias declaradas: Estados Unidos y el Reino Unido, está claro. Aunque ambos países comparten algo más que el idioma, normalmente el melómano es capaz de diferenciar la procedencia de un grupo o cantante escuchando una canción (a no ser que el grupo sea neoyorquino). En el pop/rock, la gente se divide entre los partidarios de la autenticidad americana y los defensores de la ironía británica. Yo siempre he sido de estos últimos, sin ninguna duda.

Pero algo está cambiando. Los discos más esperados por mí en 2007 son de autores americanos (aquí también hablamos de Canadá, aunque eso es otra historia): Kings of Leon, Interpol, Arcade Fire, !!!, etc. Y lo que es peor aún: los discos que estoy recuperando del 2006 hunden sus raíces en la tierra estadounidense. Esa cosa llamada folk, más de moda que nunca con sus múltiples prefijos, es la música más viva de la actualidad, y son decenas los autores que tienen algo que decir en la escena actual: los músicos más prestigiosos hoy día parecen salidos de la cámara de Richard Avedon, pero no en sus trabajos para el mundo de la moda, sino en sus retratos de la América profunda. Por ejemplo: Will Oldham/Bonnie "Prince" Billy. ¿Cómo un tipo que parece salido de la galería de tarados por las armas que aparecen en Bowling for Columbine puede hacer una música tan sensible?

Los períodos de crisis suelen ser períodos de creatividad. Estados Unidos está viviendo una de sus peores crisis (política, económica, ¿moral?) en décadas. Y se nota.