Apetitos afilados. Dientes entonados. Oídos hambrientos.

domingo, diciembre 31, 2006

Los mejores de 2006, pero ahora en serio

Como creo que no he escuchado ni 20 discos editados este año (tampoco yo he escuchado a Phoenix ni a The Raconteurs), mi lista es mucho más corta, sólo de 5, ahí va eso:

1 - Belle & Sebastian - The life pursuit. Porque ahora se pueden bailar, porque han ampliado las influencias de su música, porque sus melodías son tan bonitas como siempre, porque no viven de las rentas del pasado y a la vez conservan su estilo inconfundible, y porque otros no han tenido huevos de ponerlos los primeros, dejando en su lugar a un mariposón ultracatólico que debería pensarse hacer una selección de temas para sus próximos discos, en vez de grabar (y lo que es peor, publicar) cualquier bobada que se le pase por la cabeza.

2 - The Divine Comedy - Victory for the comic muse. Vale, sí es una debilidad personal. Pero Neil Hannon cada vez canta mejor, y ya es decir, y además ha conseguido regresar a sus orígenes sin repetirse, y los arreglos de su exquisito pop orquestal siguen siendo los mejores. Y, claro, unos temazos que calan hondo, muy variados, sin perder la sencillez (que no simplicidad).

3 - Gnarls Barkley - St. Elsewhere. Odiadme, pero me gusta, como a la mayoría de revistas gafapasta (odiadme más por ello). Y no es hip hop, coño. Al menos, no todo el disco.


4 - The Flaming Lips - At war with the mystics. Aquí ya entramos en los puestos de "podría haber entrado cualquiera", pero por su originalidad, su calidad y porque te hacen soñar y vivir experiencias ya olvidadas (como la inocencia) aquí están. [el puto blogger no es capaz de poner una foto de su portada]

5 - The Rapture - Pieces of the people we love. Empecé a escuchar el Echoes creyendo que era su nuevo disco. Me encantó. Luego me di cuenta de que ése era de 2003, y me bajé éste, que no ha dado tiempo a pegarle muchas escuchas, pero aún así se ve que es un gran disco, rock bailable típico de ahora pero con influencias más setenteras, y no solamente punk, que los chicos son de Nueva York y de la escena musical de su país saben un rato. Grupos como The Rapture son los culpables de que los críticos se inventen etiquetas estúpidas para calificarlos. Vale, la culpa es de los críticos.

Pues hasta ahí todo. No ha sido un gran año, y aunque hay otros discos que también son buenos (y no, no me refiero a los Arctic Monkeys), unos cuantos han sido algo... decepcionantes. Perdóname, Josh Davis-DJ Shadow, pero tu último disco, The outsider, no me ha parecido la rehostia. Pero al resto, ajo y agua. Joder, se nota que tengo de fondo a los Sex Pistols.

domingo, diciembre 17, 2006

¡¡¡Lo mejor de 2006!!!

Yo soy muy de listas, pero esta es mi primera vez, así que disculpen olvidos, maravillas que no haya escuchado y elecciones muy personales. Por lo demás, estos son los mejores.



1. Songs for Christmas - Sufjan Stevens. Porque no es un disco, son cinco. Y vienen en una caja maravillosa en la que nada es de relleno. Ni siquiera las pegatinas y las fotos de familia. Y porque quien mejor que el cantautor cristiano por excelencia para hacer esta locura a base de villancicos. ¡Qué coño! Y porque ya es Navidad en el Corte Inglés.

2. The Life Pursuit - Belle and Sebastian. Los tíos han empezado a hacer lo que les da la gana, y se lo deben pasar genial. Que sí, yo también echaba de menos el "If you are feeling sinister", pero es imposible seguir amargado cuando llevas años haciendo canciones tan buenas.

3. Get Lonely - The Mountain Goats. Supongo que es lo que a todo el mundo con talento le gustaría componer cuando termina una relación. Las letras son sencillas, pero tan sinceras que cualquiera se puede ver reflejado. Precioso y algo menos lo-fi que en otros discos.

4. The Crane Wife - Decemberists. Variedad, muy buenas melodías y arreglos preciosos que demuestran que en un año da tiempo de sobra a hacer un pedazo de disco. Además, sus historias tienen un toque de novela o de pieza de teatro o no sé de qué, que las hace muy especiales.

5. Dreamt for Years in the Belly of a Mountain - Sparklehorse. Un disco que hay que colocar arriba en todas las listas para ver si Mark Linous se decide a grabar más a menudo y no nos tiene cinco años esperando por su siguiente álbum. Éste, una preciosidad. "Don´t take my sunshine away" y "Return to me" son dos de las canciones del año.

6. Ys - Joanna Newsom. Cinco canciones. Más de cincuenta minutos. O lo amas o lo odias. El rollo épico-medieval que se trae no es lo que más me gusta, pero es que es TAN BONITO...


7. The Last Romance - Arab Strap. Ya sólo por lo que me gusta ese acento escocés los pondría en esta lista. Pero es que además este disco está lleno de buenísimas canciones. Sus letras, geniales como en discos anteriores, están plagadas de sexo sucio, de borracheras, de resacas... y, mientras, a mí ellos me siguen resultando entrañables. Una pena haberlos descubierto cuando ya no van a sacar más discos.

8. City and Eastern Songs - Jeffrey Lewis Band. Una debilidad personal. Dicen que es antifolk, pero a mi me suena a punk, a pop, a Bob Dylan y a muchas cosas más, pero siempre con un estilo personalísimo. Probablemente, el mejor letrista del mundo.

9. The Avalanche - Sufjan Stevens. Diréis: ¡qué pesao! Y encima es un disco de descartes de "Illinoise". Pues que alguien le diga a Sufjan que pare. 21 canciones que pueden competir con el disco en el que no entraron. Folk de salón, orquestas de instituto, coros de cheerleaders... Para que veamos que EEUU puede ser un sitio maravilloso.

10. With Strings - Eels. Tiene trampa, porque es un disco en directo en el que toca muchas de sus mejores canciones. Con eso, y unos arreglos fantásticos, tenía que estar aquí.


11. Let´s Get Out of this Country - Camera Obscura. Quizás en él esté la canción del año. POP.



12. Rabbit Fur Coat - Jenny Lewis with The Watson Twins. Esto debe ser country o esa música que sale en las pelis cuando alguien cruza América en coche y para a comer tortitas en un bar de carretera donde la camarera gorda le sirve café continuamente. Una chica adorable y los mejores coros del año.

13. Putting the Days to Bed - The Long Winters. No son especialmente originales, pero sus canciones se te meten en la cabeza como pocas. Las guitarras y las voces suenan muy bien, y además meten esos arreglos de viento tan chulos...


14. Ships - Danielson. Éste sí que es original. O raro directamente. Supongo que en los 60-70 habría sido un genio entre los Beach Boys y los Beatles. Hoy no lo conoce ni Dios. A mí me encantan sus canciones llenas de ruiditos, guitarras acústicas y voces extrañísimas.

15. Jacket Full of Danger - Adam Green. Cada vez canta con la voz más grave. Si no fuera porque sus letras son una auténtica locura alucinada, sería el nuevo Frank Sinatra. No llega al nivel de "Friends of Mine", pero te lo pasas de miedo escuchando este disco.

16. Whatever People Say I am, That´s What I´m not - Arctic Monkeys. Todo el mundo está ya hasta las narices de ellos. Seguro que hay mejores grupos de este estilo, pero son los únicos que he escuchado este año. Canciones pegadizas y alguna letra sorprendetemente buena. Que sí, que son buenos. Y además, por edad, están más cerca de nuestros hermanos pequeños que de nosotros.

17. Garden Ruin - Calexico. Más californianos y menos mexicanos que otras veces. No son tan Tarantino como en los discos anteriores que he escuchado, más pop-rock, pero siguen siendo perfectos para ponerlos en bandas sonoras de pelis del Oeste moderno.


18. 5.55 - Charlotte Gainsbourg. A veces me suena un poco artificial, otras me parece lo más elegante que he escuchado últimamente. Lo mejor: esa forma de cantar susurrando y los arreglos minimalistas.


19. Wolves - My Latest Novel. Diez preciosas y trabajadísimas canciones. Muchas voces, cuerdas, carillones... todo perfectamente encajado. Como si Arcade Fire hiciesen un disco muy suave o como si Radiohead se pasasen al folk.


20. To Find me Gone - Vetiver. Vetiver es Andy Cabic, uno de los músicos de la banda de Devendra Banhart. Es como él, pero más suave y tierno. Por momentos es, simplemente, mejor. Igual se cambian los roles...

martes, diciembre 12, 2006

Aquel 27 de abril de 1964


Me suele dar cierta aprensión volver al Crescent. En el resto de discos de Coltrane de mi colección (pocos, muy pocos), su música se presenta extravertida, aunque camine hacia lo más profundo (e insondable).

Cuando me compré el CD, hace un par de años casi, creo que con la liquidación (sic) de Madrid Rock, creía que me iba a encontrar al Coltrane impetuoso, al "train Coltrane", quizá animado por el título, que me sugería una subida del ritmo cardíaco.

Nada más lejos de la realidad. Exceptuando Bessie's blues, ese corto intermedio cuya ortodoxia resulta provocativa y que recuerda que el jazz es una música que nació para ser escuchada en la calle y no en el rincón más oscuro de tu habitación, el resto del disco es reflexivo e intimista, y la calidez de los instrumentos suena en el aire casi desoladora, como si no hubiera nadie alrededor de Coltrane en kilómetros, como si Elvin Jones, McCoy Tyner y Jimmy Garrison fueran fantasmas, ancestros a los que el saxo tenor venera y con los que comparte su vida.

Quizá siento así el disco porque recuerdo escucharlo por primera vez en el tren, un día de ventisca y mucha nieve, con el vagón haciendo de pequeño salón con chimenea, cálido y acogedor en contraste con el exterior. Pero Wise one y Lonnie's lament, que parece que no empiezan y ya están ahí, engañan a mi mente y me hacen creer que un tren de cercanías puede tener algo de íntimo y acogedor una dura mañana de invierno.

Me suele dar cierta aprensión y cierto respeto volver al Crescent. Pero me siento increíblemente afortunado por que en ese mágico 27 de abril de 1964 hubo un micrófono cerca que captó cómo The Drum Thing era invocada. Sólo unos meses después el cuarteto de John Coltrane grabó A Love Supreme, el punto álgido de la leyenda, y nada más pasar Año Nuevo dio un salto sin red hacia el free jazz, pero ellos sabían que aquel 27 de abril fue irrepetible.