Cultura del saqueo
Todo empezó con el sampler. Un trozo, a veces irreconocible, de canción, de diálogo de una película, de programa de televisión, para introducir un tema, para crear una ambientación. Algunos se llevaron las manos a la cabeza: esto será el fin de la originalidad. El hip hop ha usado profusamente del sampler para crear un mundo nuevo, una cultura musical posmoderna. Pero esto se ha hecho toda la vida: John Coltrane y Ornette Coleman eran devotos de la tradición, querían rendir tributo a sus maestros y a base de intentar parecerse a ellos desarrollaron un estilo totalmente personal (e imitado hasta la saciedad) que supuso la revolución musical más profunda de mitad de siglo.
El sampler es una herramienta peligrosa: efectivamente, se puede utilizar para ocultar la falta de creatividad. Sin embargo, hay artistas (sí, artistas) que en su empeño de homenajear a sus antepasados y de colocarles en el lugar que realmente se merecen han creado toda una dimensión musical nueva, profundamente enraizada en la cultura del saqueo y en un profundo amor por la música. Tanto Endtroducing como The private press son discos completamente "reciclados", generados a través de la búsqueda y extracción de fragmentos musicales que, unidos, han encontrado un lenguaje nuevo. Josh Davis, más conocido como Dj Shadow, demuestra en estos dos discos su profunda cultura musical (es decir, cultura del vinilo), su pasión por honrar a los que llenaron sus oídos de tan buenos momentos y su gran oído y talento creador. Partiendo de una concepción totalmente personal del hip hop trasciende los géneros más heterogéneos para proporcionarnos (gracias, Josh) una experiencia musical tan auténtica como recreada.
Ahondando más en la cultura del saqueo, desde la admiración pero también la irreverencia y la ironía, surge el bootleg: ¿quién habría soñado con unir el Smack my bitch up de Prodigy con el Sexx Laws de Beck? 2 many dj's, proyecto paralelo de los belgas Soulwax, o lo que es lo mismo, los hermanos Dewaele, están empeñados en reformular las reglas de los géneros musicales y de la creación musical misma a través de la unión de los más dispares sonidos, reconocibles o no, como si pudieran dar a conocer toda la historia de la música popular en una sola sesión, eso sí, llena de beats, guiños electrónicos y la sana intención de hacernos bailar y reír (quizá no en ese orden) y sorprender nuestros ya viejos oídos en su empeño recopilador.
Hoy, más que nunca, el futuro está en el pasado. El verdadero futuro.