¿Pero cómo me he podido perder esto?
Pocas veces puedes escuchar un disco con la sensación de que ha encontrado un recoveco de ti que no conocías, que habías olvidad o que no alcanzabas a explicar bien. Grizzly bear lo han hecho con Yellow house, un disco que tardé tanto en dar con él (porque estaba ahí, en algún sitio, esperándome) que ni siquiera lo pude incluir en "Lo mejor del 2006 que he escuchado en 2007". Esa especie de country folk onírico parece provenir de lo más profundo de un bosque frío, en la mitad de alguna maravillosa ninguna parte. Pero estos chicos son de Brooklyn. ¡Son de Brooklyn! Pero hay un fino hilo de lana, invisible, que los une en emoción con Midlake, en el otro lado del país.
Una rara sensación, música que parece esfumarse nada más escucharla de la cabeza de uno, pero sus sensaciones permanecen. Como una ensoñación.