Apetitos afilados. Dientes entonados. Oídos hambrientos.

jueves, enero 28, 2010

Discos De La Década: #9, Belle & Sebastian - Fold Your Hands Child, You Walk Like a Peasant (2000)


Alrededor del año 2000, Belle & Sebastian vivían en plena crisis. El grupo, tal y como había sido hasta entonces, estaba herido de muerte. Después de tres discos brillantes, la banda no sabía por dónde continuar. Stuart David dejaba el grupo, Isobel Campbell estaba a punto de hacerlo y el resto, según aseguran en su biografía, se planteaba tirar la toalla. Tocaba reinventarse o dar por terminada la aventura.

Finalmente, los escoceses optarían por renacer, pero sólo lo conseguirían unos años después, con el giro radical que supuso "Dear Catastrophe Waitress". Otra historia. La que nos ocupa aquí es la del epitafio que dejaron los primeros Belle & Sebastian: "Fold Your Hands Child, You Walk Like a Peasant". Ése fue el final del grupo que no daba entrevistas, que apenas giraba, que reservaba muchos de sus mejores temas para los EPs y que se oponía a que ningún productor tocase sus canciones.

"Fold Your Hands..." mantiene todas las señas de identidad de lo que era aquella banda, a pesar de que aquella banda probablemente ya no quería ser la misma. Stuart Murdoch recuperó un par de canciones antiguas que tenía guardadas, escribió unas cuantas maravillas como "I Fought in a War", "The Model" o "There's Too Much Love" y pidió al resto del grupo que diese un paso adelante en la composición, como ya habían empezado a hacer en "The Boy With the Arab Strap". El guitarrista Stevie Jackson le dio la mejor que había hecho hasta la fecha ("The Wrong Girl"), Isobel canta "Family Tree" y la violinista Sarah Martin "Waiting for the Moon to Rise".

Las contribuciones restan unidad al conjunto, sobre todo respecto a los dos primeros discos, donde todo procedía de la cabeza de Stuart. El hilo conductor, en este caso, son los arreglos de cuerda, que Belle & Sebastian estrenan aquí con grandísimos resultados. El disco recibió en su momento criticas bastante negativas y se convirtió en algo así como el álbum maldito de "Belle & Sebastian". Sin embargo, hoy casi nadie duda ya de esta colección de canciones extraordinarias.

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sábado, enero 23, 2010

Discos De La Década: #10, Camera Obscura - Let´s Get Out of This Country (2006)


Algo gordo tuvo que pasar entre 2003 y 2006 en la vida de Tracyanne Campbell. Seguramente algo malo -las cosas buenas no suelen desencadenar muchos cambios, ¿no?- que obligó a la chica tímida que tenía un grupo llamado Camera Obscura a sacudirse de encima unos cuantos complejos. Es probable, además, que durante esa época en casa de la chica triste sonasen en bucle las Ronettes y las Shangri Las. La aguja que unos años antes apenas tocaba más que los surcos del puñado de discos grabados por una banda de Glasgow con nombre de dibujos animados debía de alegrarse de conocer el muro de sonido de Phil Spector y otras joyas del pasado.

Y después de mucho llorar o de mirar a la pared sin ganas de hacer nada, Tracyanne -esto es casi seguro- garabateó unas cuantas de sus frustraciones sobre una libreta rayada y un sábado, cuando salió el sol, decidió por fin llamar a sus amigos y decirles que trajesen las guitarras y el bajo y el teclado e incluso una pequeña batería. Así -en serio, estoy prácticamente convencido- nació "Let´s Get Out of This Country", el disco que cambió por completo a Camera Obscura. Los escoceses se quitaron de un golpe la sombre omnipresente de Belle & Sebastian y abrazaron un sonido retro pero propio. Tracyanne dejó de susurrar, decidió cantar y demostró hacerlo de maravilla. Y sus amigos se dieron cuenta de que podían tocar más fuerte, sin miedo, y grabar un disco que la gente iba a recordar.

"Lloyd, I´m Ready to be Heartbroken" es el single perfecto que Camera Obscura sólo podían hacer desde esta pequeña revolución. Lo mismo que pasa con la canción que da título al álbum o en "If Looks Could Kille", los temas más animados, más producidos y en los que el giro del grupo es más evidente. Ahí se oye por primera vez ese sonido característico que han reproducido posteriormente con éxito. Junto a ellas, las baladas tradicionales de los escoceses, como "Razzle Dazzle Rose", reforzadas por un sonido más compacto y ambicioso, completan el disco que difícilmente conseguirán superar en el futuro.

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domingo, enero 10, 2010

Discos De La Década: #11, The Moldy Peaches - The Moldy Peaches (2001)


Es fácil caer en el error de tomar a The Moldy Peaches como una broma. Resulte graciosa o de mal gusto, el sonido desastroso, las letras alucinadas o los descojones en plena grabación que aparecen tal cual invitan a pensar en la gracieta de unos listillos. Pobres de quienes se quedaran con esa impresión. Al contrario, Kimya Dawson y Adam Green van totalmente en serio. Detrás de ese lo-fi llevado al extremo, el dúo entrega una espectacular colección de canciones en las que el manto de cutrez es solo una forma de dejar claro qué es lo importante.

El disco arranca con "Lucky Number Nine" y ahí está ya casi todo lo que lo define. Esa batería que suena a lata, esa guitarra nivel iniciación, las dos voces con su fraseo desganado y las letras... esas letras que pueden hablar de descargar porno con un amigo o de hamburguesas locas y al mismo tiempo construir una de las baladas más tiernas que se pueden recordar. Porque es cuando en el cuarto corte suena "Nothing Came Out" cuando uno se da cuenta de que aquí nadie está de coña. La voz de Kimya, inocente pero determinada, casi duele y deja una serie de líneas memorables que ni un teléfono que empieza a sonar en medio de todo ni un solo a lo guitar hero pueden empañar.

A partir de ahí, rocanroles con letras infantiles o sólo para adultos, un rap, gotas de dulzura como la ahora famosa "Anyone Else But You", mucho punk y joyas como "Steak For Chicken" y sus letras entrecruzadas. The Moldy Peaches, desde su habitación de Nueva York, son dos niños llenos de talento que, una vez más, se encargan de recordar al mundo que lo único que hace falta para hacer algo grande es imaginación y personalidad.



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viernes, enero 01, 2010

Discos De La Década: #12, The White Stripes - White Blood Cells

Probablemente Jack White haya sido uno de los personajes más influyentes e el mundillo musical en la últma década. Al menos dentro del (autolimitado) círculo en el que se mueve. Pero ha tenido el acierto de hacer muchas cosas, y de hacerlas bien. A su carrera con Meg ha unido a los brillantes Raconteurs (¡qué bueno es Brendan Benson!), ha tocado la batería (mejor que Meg, mil veces) con The Dead Weather, ha hecho cine con Jarmusch, entrevistas a duo con Iggy Pop, le ha partido los morros a Jason "Von Bondie" Stollsteimer... Sólo falta algún escándalo de drogas para ser de pleno derecho una Rock and Roll star de las de toda la vida. (El escándalo de sexo ya lo tuvo con la relación con su ¿novia? ¿esposa? ¿hermana? ¿rollo incestuoso? Meg...)


Pienso que fue con éste disco con el que empezó todo eso. Si bien The White Strpes ya llevaban dos (notables) álbumes previos, White Blood Cells es inmensamente superior a ambos (y a todos los posteriores, entre los que sólo Elephant se acerca a éste nivel). Aquí hay canciones variadas, todo lo variadas que el formato guitarra-batería-voz permite, desde la casi ramoniana Fell In Love With a Girl (con, por cierto, el videoclip de la década), pasando por la folky Hotel Yorba, psicodelias como I Think I Smell a Rat, o interpetaciones del "LOUD-quiet-LOUD" de The Pixies como Now Mary. Dichas canciones tienen una produccuión muy cuidada, de modo que "suena bien", pero no pierde el filo cuando hace falta, y tras dos discos cantados a berridos, Jack controla la voz al fin.

Pero por encima de todo eso está la trascendencia de éste disco. Tras una década donde se impusieron las guitarras-aburridas-rascando-tristes-acordes (hola Noel y Bonehead, y seguidores), y donde hacer un solo se veía como hacerse una paja en público, de repente apareció un tipo haciendo exactamente eso, y de repente ser un "guitar hero" volvió a molar (tanto que, al límite de la perversión, eso es un videojuego a día de hoy...). Además, el formato guitarra-batería salió de la sombra, y el sonido "blues riudoso lo-fi" alcanzó una repercusión insospechada. Al mismo tiempo, Jack White descubría la marimba y hacía un disco infumable. Pero eso es otra película que no emborrona nada la calidad o el peso de White Blood Cells.

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